El consentimiento es esa herramienta desde la que decides, no solo lo que no quieres, sino también lo que sí quieres. Es un diálogo con las demás personas, pero también es un diálogo (constante) contigo. Y esto no es una operación sencilla, porque nunca nos enseñaron a preguntarnos qué es lo que queremos, y mucho menos a comunicarlo.